domingo, 3 de febrero de 2013

Fucking Summer.

Hace 6 meses que no escribo. Qué ganas de decir que estoy feliz, que soy libre. 
Que el monstruo se fue para no volver. Que nada me importa y amo mi cuerpo.
Pero no.

He egresado. No me faltan motivos para sonreír. Pero no puedo ser feliz.
Menos en esta época. 
El verano me hace pésimo. Lo odio. Lo detesto. Me caga la vida.
Hace como 7 veranos que son una mierda. 
Que no me pongo traje de baño o que estoy asquerosamente incómoda con él.
Que no puedo bañarme en la piscina de mi edificio tranquila. (ahora sencillamente no bajo). 
Que no uso una blusa sin mangas. Que no uso falda ni vestido. 
Que me escondo debajo de ropa ancha y larga.
Que no puedo ir a la playa sin sentirme pésimo. 
Que no puedo dejar de sentir asco y vergûenza de mi misma.
Vergüenza de este cuerpo asqueroso que tengo. 
Que no voy a poder quererlo nunca jamás. 
Nunca voy a poder vivir tranquila

Estoy cansada. Cansada de mis mil y un intentos y fracasos de quererme, aceptarme o derechamente hacer dieta y matarme entre ayunos, vómitos, laxantes, aventones y lágrimas. 
De ser esta gorda de mierda.
De ser demasiado imperfecta, de querer arrancar, esconderme y estar sola, de tratar de engañarme a mí y al mundo, que estoy bien, que no me hace ruido, que lo superé y es parte del pasado.

Cansada de tener vergüenza, de que me tirite todo cuando tenga que juntarme con alguien, aunque sean mis amigas, de probarme todo el clóset y ponerme lo que más me tape y me esconda el torso, lo más holgado, oscuro y poco transparente.
Cansada de tener pena, de mirarme, compararme y sentirme perdida entre todas las demás. De mirarme en el espejo y llorar. 

No quiero más. 

He pasado tantos veranos por esto. 
Es siempre lo mismo.
Esta mierda y sus consecuencias... 
Pasar el verano restringuiendo, haciendo ejercicio, sufriendo, rogando porque se termine... y al final. No disfrutar nada. 
Por lo menos este ha sido el verano más saludable desde que me volví loca.

O será que necesito medidas más drásticas para estar en paz ? 

(Y como siempre. No sé lo que quiero... Si aceptarme tal como soy. O hacerme mierda restringiendo para ser delgada y por fin quererme...)





Por qué no podré ser así digo yo....

jueves, 9 de agosto de 2012

Perdida.


Hace casi 6 años que me operé de un Gastrectomía en Manga. Me corcheteé el estómago porque pesaba alrededor de 1OO kilos y tenía muchas enfermedades asociadas. Si no me operaba, el médico no me daba 6 meses de vida. Tenía 19 años.

Nadie me enseñó a comer después de operada. Nadie me previno sobre el brusco cambio de peso. Nadie me dijo que me operarían el estómago y no el cerebro. No tuve apoyo sicológico previo porque mi operación fue casi de urgencia.

Me volví loca. Me costó mucho volver a comer, vomitaba hasta el agua. Aprendí cuánto me quería la gente pesando 20, 30 kilos menos. Me encantó la sensación. Perdí el control.

Así mismo como vomitaba hasta el agua, comía como si no estuviera operada. Me robaba la comida de la cocina, vomitaba para seguir comiendo, porque mi estómago de 2OO ml de capacidad toleraba muy poquito.

Tanto atracón terminó por agrandar mi estómago. Tanta caloría me hizo subir muchos kilos. Tanto vómito me atrofió la boca del estómago y tengo gastritis y reflujo.

Ya no tengo ninguna enfermedad asociada. Sobreviví. Soy sana. Pero soy una gorda de mierda.

Toda esta introducción es para decir que una de mis mejores amigas acaba de ser operada de lo mismo que yo. Fue de un día para otro. Casi me caí de la silla cuando supe.

Tengo terror. Tengo pánico. Tengo una vergüenza enorme. Todas las mujeres operadas que conozco están regias. Delgadas. Renovadas. Espléndidas.

No se habla de otra cosa entre mis amigas. Y yo me siento perdida, atrapada, desesperada. Cada vez que tocan el tema me dan ganas de desaparecer, de huir, de esconderme. Y por otro lado, de llorar, de gritarles que estoy cagada de miedo, que tengo una pena tremenda, que estoy aterrada, que no quiero escucharlas más.

No sé qué mierda voy a hacer cuando mi amiga se reincorpore a clases. Divina. Delgada. Feliz.
Y yo, que me hice la misma operación, sigo siendo la misma gorda. Sana. Viva. Pero gorrrda. Fracasé. No sirvió de nada. La cagué.

Debo ser la peor amiga del mundo. La peor :(

domingo, 8 de julio de 2012

Catarsis explosiva I



Tengo 25 años. Hace 6 años que no vivo en paz.
Que convivo con un monstruo que me impide ser feliz, que me domina y no me deja pensar con claridad, que malinterpreta todo y lo transforma en insultos: lo que veo, lo que oigo, lo que toco, todo lo que recibo del resto.
Convivo con un monstruo que cada cierto tiempo se apodera de mí y me hace esconderme, bajo kilos de ropa, en mi cuarto sin querer salir, en mi burbuja sin compartir con nadie.
Un monstruo que me hace odiarme, aborrecerme, sentir asco y vergüenza de mí cuerpo y querer hacerlo desaparecer.

Juro con todo mi corazón que ya no quiero más.
No quiero sentir más esto, no quiero quedarme encerrada todo un verano, no quiero dejar de salir con amigos de años por vergüenza, no quiero sentir más esta sensación asquerosa.

En verdad, éste ha sido un semestre complicado.
Con buenos resultados "materiales" por decirlo así: tengo mucho trabajo, tengo buenas calificaciones, tengo excelentes amigas, tengo una hermosa comunidad.
Pero las relaciones "familiares" están pésimas (bajo una burbuja de normalidad) y yo estoy un poco desequilibrada, hipersensible, irritable, muy triste a veces, muy eufórica otros días.

Sé que si hago siquiera el ademán de pedir ayuda, seré derivada inmediatamente a un sicológo o siquiatra de nuevo y les aseguro que no lo quiero. Al menos no por ahora.

Estoy cansada.
Físicamente por todo lo que hago todo el día: me faltan horas, me faltan días, me falta tiempo. Pero al mismo tiempo lo prefiero, prefiero correr y correr, que estar aqí en casa absorviendo malas vibras y recibiendo mala onda o que estar en mi pieza pensando en mi cuerpo y en la comida.
Mentalmente porque estoy haciendo mi mejor esfuerzo por no pensar y mantenerme firme y entera. Y hasta el momento lo he logrado bastante bien. Pero les juro que me agota.

No se imaginan todas las ganas que tengo de decir Basta.
De mandarlo todo a la mierda y dejar de hacerme la valiente y la perfecta y llorar y putear y a lo mejor sí pedir ayuda, pero sin miedo a que me traten de loca o de estar "tratando de llamar la atención".

Pero no puedo. No puedo rendirme. No puedo bajar los brazos.
El problema es que me estoy convirtiendo en una egoísta de mierda, todo el tiempo mirándome el ombligo.

No quiero más. Lo juro.



viernes, 1 de junio de 2012

Fucking June.

Se acabó Mayo. Por fin.
Pero este proceso dista muchísimo de ser fácil.
Han sido días de mierda.
Mi nuevo internista es un hombre frío, severo.
Seguramente debe ser muy bueno en su trabajo pero, para variar, parece que no tuvo ninguna asignatura de Sicología en la Universidad.
Estoy condenada a ser delgada. No puedo ser así como soy.
Creen que soy estúpida y me salen con el cuentito de que "es por tu salud" y toda esa mierdita que no se la creen ni ellos.
Mentira. Si fuera delgada no me dirían nada aunque tuviera el colesterol en el techo.No tengo espacio. No puedo ser distinta, no puedo ser talla 44.
Me siento agredida por todas partes. Sólo quiero que me dejen en paz. Con mi insulina, mis hipoglicemias y todo lo demás.
No quieren que sea delgada? Sólo conozco una forma de mantenerme en forma. Y no les interesa que esté sana o que esté muerta, así que juro que la pondré a prueba.

Estoy harta de toda esta mierda. No la soporto ni un día más.






miércoles, 16 de mayo de 2012

Mayo maldito.


Estos últimos días, han sido una serie de catástrofes, una tras otra.
No se imaginan todo lo que he llorado. Creo que llenaré sacos y sacos de sal.
Estoy agotada. Estoy exhausta. Me duele cada músculo del cuerpo.
Pero debo mantenerme firme. No puedo caer. No ahora.
No sé de adónde estoy sacando la fuerza en verdad...

StayStrong
StayStrong
StayStrong
StayStrong
StayStrong
StayStrong..

Mayo, vete luego, mes de mierda.